1 de enero de 2020

Novelas





El Jardín de las Weismann

La pasión de las Weismann
José Martínez Sánchez.

La serie “50 novelas colombianas y una pintada”, concebida, editada y difundida por Pijao Editores, incluye la obra “El jardín de las Weismann” (2008), novela memorable de Jorge Eliécer Pardo sometida a los ajustes de la reescritura, algo legítimo y apenas natural en un medio donde los contratiempos del autor no significan, no hacen parte del viacrucis personal ante lectores, críticos o directores editoriales. De ahí la importancia de proyectos intermedios destinados a evitar que esa otra literatura —un poco subterránea, casi siempre restringida a las mil copias— termine devorada por las mandíbulas de la polilla que ronda las gavetas de los escritores, aunque este no sea propiamente el caso que nos ocupa”. (Continúa en…)

El Jardín de las Weismann, una lectura de hoy.
Patricia Suárez.
El jardín de las Weissmann, de Jorge Eliécer Pardo, eterniza, en conjunción copulativa de peligro y deseo, una realidad objetiva y reconocible.Afán y deseo, intento de totalidad en el afecto, en salvaguardar la manada; pulsión de la especie”. (Continúa en…)



El mundo poético en El Jardín de las Weismann  e Irene de Jorge Eliécer Pardo.
Jackeline Pachón O.
“Examinando el mundo poético de las obras de Jorge Eliécer Pardo, nos encontramos con que la poeticidad pertenece tanto al mundo como al texto y al modelo construido por Pardo en sus obras. Muestra cómo la palabra es capaz de pasar las cosas mediante la poeticidad. En las obras de Pardo, se advierte una transgresión del manejo tradicional de lenguaje hacia el logro de un lenguaje poético, que es, al decir de Cohen “una manera de violar el código de la lengua usual”. Según Cohen esa desviación es lo que permite la creación poética. En últimas, Cohen llama poeticidad “a lo que hace de una obra dada una obra poética”. (Continúa en…)
Jackeline Pachón O.
Una visión de El jardín de las Weismann 2009
Isaías Peña Gutiérrez:
“Leída treinta años después de publicada, la novela El jardín de las Weismann, del colombiano Jorge Eliécer Pardo, sigue oliendo a dalias y crisantemos, a rosas y geranios, a cartuchos y gardenias; resuenan en ella tenebrosos conjuros, y mantiene, sin dudas, las cenizas vivas”. (Continúa en…)
Isaías Peña Gutiérrez
El Jardín de las Weismann, una propuesta de resistencia política.
Cecilia Caicedo
“Las relecturas de los textos tienen como función confirmarnos o alejarnos inexorablemente de ellos. Sin embargo para emprender una segunda lectura se  precisa de un interrogante: ¿por qué volver a un texto ya conocido? Y en ello ya hay una elección de gusto”. (Continúa en…)
Cecilia Caicedo y Jorge Eliécer Pardo.  ECB
Historia secreta de El Jardín de las Weismann
Carlos Orlando Pardo
“Mucho más acá de las novelas se encuentra casi siempre una historia secreta que contribuye a explicar de una mejor manera las raíces de un libro. Ese pequeño itinerario de cómo fue elaborándose un texto y las aventuras y desventuras de su camino seguramente no pasarán más que a la anécdota, pero prefigura en muchos casos un ejemplo sobre el oficio de escribir”. (Continúa en…)
Carlos Orlando Pardo
El Jardín de las Weismann: treinta años después.
Luz Mary Giraldo
El jardín de las Weismann, treinta años después de su primera edición sigue siendo fresca y está a tono con preocupaciones actuales”. (Continúa en…)
Luz Mary Giraldo

El Jardín de las Weismann o el infierno de la violencia
Fabio Martínez
“En la novela de J. E. Pardo las metáforas del paraíso y el infierno funcionan a la perfección como un mecanismo de diástole y sístole. Las hermanas Weismann, que son católicas, huyen del infierno de la Alemania nazi buscando el paraíso; pero al llegar a éste, se encuentran con el infierno de la violencia colombiana de los años cincuenta”. (Continúa en…)
Fabio Martínez y Jorge Eliécer Pardo. Librería Roma de Pereira
El paraíso perdido de las Weismann
José Luis Díaz-Granados
“Con El jardín de las Weismann, Jorge Eliécer Pardo logra componer con buena fortuna la novela colombiana más representativa de su tiempo, una auténtica historia coral donde se expresa a cabalidad la conciencia colectiva de aquellos años, utilizando las metáforas del jardín multifloral en medio de la más feroz de las contiendas fratricidas”. (Continúa en…)
José Luis Díaz-Granados. Foto JEP

Un Jardín que se mantiene florecido.
Benhur Sánchez Suárez
“Son muchas las causas por las cuales uno relee una obra. Principalmente por el impacto que representó su primer descubrimiento y la curiosidad interior de volver a vivir esa sensación descubridora”. (Continúa en…)
Benhur Sánchez S.  © JEP
Jorge Eliécer Pardo y El jardín de las Weismann
Leonardo  Mora
“Una poética insobornable en el final de los tiempos
El jardín de las Weismann, novela de lenguaje indócil y de extraña materia como la que componen los sueños, podrá sentir que es discutible el carácter de veracidad de sus ciento cuatro páginas —lo que en últimas carece de importancia— pero no el de la belleza que arrebata y seduce como el erotismo de las de las hermosas protagonistas”. (Continúa en…)
Leonardo Mora

Las Weismann: un jardín de símbolos.
Libardo Vargas Celemín
“Tres décadas después El jardín de las Weismann va de anaquel en anaquel y de mano en mano atrapando lectores y el sargento Peñaranda dejando escuchar el chasquido de sus botas sobre la historia de la literatura colombiana”. (Continúa en…)
Libardo Vargas C.
El jardín de las Weismann de Jorge Eliécer Pardo.
Diógenes Díaz Carabalí
Las Weismann... nos involucra por un escenario común, también porque habla nuestro lenguaje: su historia como libro, hijo de estos vientos, permite recordarnos que estamos sobreviviendo en la locura de la guerra y del amor sin prejuicios de moral y de ética; de la locura que nos mencionan pero huimos, de las piedras debajo del colchón pero disfrutamos la suavidad de la espuma aunque se pelen nuestros lomos”. (Continúa en…)
Diógenes Díaz


Rebelión de las Weismann.
Jorge Guebely
“La literatura nos desvela de nuevo, a través de El jardín de las Weismann, el conflicto existencial de la especie contra la extravagancia del poder militar. Nos muestra cómo la guerra, que es pobre y bestial, ha destruido el crecimiento humano de los hombres”.
El jardín de las Weismann, una lectura de hoy.
Patricia Suárez
“Jorge Eliécer Pardo, eterniza, en conjunción copulativa de peligro y deseo, una realidad objetiva y reconocible. Afán y deseo, intento de totalidad en el afecto, en salvaguardar la manada; pulsión de la especie” (Continúa en…)
El Jardín de las Weismann como novela de violencia.
Emma Yurley Bohórquez Bonilla
“Con un trabajo sobre la novela El jardín de las Weismann. Examen en el que, de 21 años, alcanzó un puntaje de 126,5 ubicándose en el octavo mejor promedio de Colombia, superando a estudiantes de otras importantes instituciones de educación superior, entre las que se encuentran la UIS, la Universidad del Cauca, Sur Colombiana y la Tecnológica de Pereira.
Actualmente, esta joven está terminando su proyecto de grado, que consiste en identificar los rasgos de la modernidad literaria en la novela "El jardín de las Wesmann", del escritor tolimense Jorge Eliécer Pardo. Investigación a la que ha dedicado más de seis meses, y con la que espera recibir su título de licenciada en lengua castellana a finales de este año”. (Continúa en…)
Emma Yurley, premio con su tesis sobre El Jardín de las Weismann
La escritura en El jardín de las Weismann.
Omar González
“Jorge Eliecer Pardo consigue con su narrativa el equilibrio necesario para que la novela transcurra con moderación y acentúe su propuesta, y lo consigue empleando el carácter contradictorio de la modernidad al vincular dos discursos que se contraponen pero que en últimas se complementan para dar un sentido profundo e ideológicamente fundamentado sobre la violencia Colombiana” (Continúa en…)
La pasión de las Wiesmann
José Martínez Sánchez
“El jardín de las Weismann” pertenece a ese escaso grupo de novelas que, hacia la década de los años setentas, abordaron el conflicto social de manera distinta a la exploración estética de la novela de violencia, adscrita a un realismo testimonial desplazado en la actualidad por el periodismo investigativo”. (Continúa en…)
El Monje, José Martínez y Jorge Eliécer Pardo
El jardín de las Weismann: rebelión paródica del jardín bíblico.
Eugenia Muñoz
“En El jardín las mujeres que desempeñan el papel protagónico, son dos generaciones de mujeres extranjeras: las señoritas Weismann. Todas ellas que parecen una misma imagen mítica, bien podrían representar una inversión paródica de la historia bíblica del Edén o paraíso terrenal”. (Continúa en…)
Eugenia Muñoz y Jorge Eliécer Pardo
La ternura como venganza contra la venganza. 1981
María Victoria Reyzábal
En conclusión, se trata de una pequeña gran novela, en la que por debajo de la denuncia, sosteniéndola, dándole fundamento, está el oficio de escritor, que se siente como actividad lúdica, como juego en que la fantasía dispone los caminos de una creatividad que tiende a desarrollarse en todas sus posibilidades, y reta al lector”. (Continúa en…)

Jorge Eliécer Pardo: Los desencuentros del amor o la violencia se muerde por dentro.
Fernando Ayala Poveda
“Con una profunda conciencia de la historia, con un profesionalismo y una clara concepción del arte de narrar, Jorge Eliécer Pardo trasforma las conquistas que realizaron los narradores de la Violencia como son Eduardo Caballero Calderón, Manuel Mejía Vallejo y Álvaro Cepeda Samudio”. (Continúa en…)
Jorge Eliécer Pardo, Fernando Ayala y Rodrigo Parra
El Jardín de las Weismann y la otra violencia.
Jacques Gilard
“De allí la poesía que corre por esas páginas, de ahí las múltiples lecturas posibles que ofrece El jardín de las Weismann. Jorge Eliécer Pardo recuerda en forma convincente que la historia, hasta la más contemporánea, se presta para la elaboración de infinitas historias, o para el reconocimiento de todas las que están más allá de los hechos”. (Continúa en…)
El Jardín de las Weismann o de la nostalgia y la soledad.
Luz Mary Giraldo
“La novela maneja con sutileza momentos fuertes que fusionan el contenido de la violencia en el amor y en la lucha, logrando crear una atmósfera mágica, donde se unen también soledad y desesperanza, siempre en un ambiente telúrico, logrando verdaderos clímax poéticos en las secuencias monologadas en la interioridad, y aunque en algunos momentos circunstanciales decae dentro del relato la calidad de estilo, por la palabra misma que parece herir la altura, o por el tratamiento a veces también gratuito del tiempo repetido en los personajes en fusión de pasado-presente, la novela resulta una promesa en nuestras letras donde el encantamiento de la palabra, logra fascinar el tema, superando el estadio de la mera denuncia o de la novela sentimental para, sin alejarse de la realidad, penetrarla en sus más recónditas emociones”. (Continúa en…)


Un Nuevo satélite en la novela colombiana: El Jardín de las Weismann. 1978:
Seymur Menton
El jardín de las Weismann carece de la tensión dramática de El día señalado y de la trascendencia microcósmica de Cien años de soledad pero no deja de ser una novela bella y original sobre la violencia”. (Continúa en…)
El Jardín de las Weismann.
Hugo Ruiz Rojas
“La novela o mejor nouvelle, como sabiamente llaman a este género los franceses por su extensión entre cuento y novela, o cuento largo y novela corta como tan bizantinamente se han empecinado en intentar clasificarla, trae un epígrafe de Faulkner, tomado de Una rosa para Emilia, y el texto del relato confirma a las pocas páginas la predilección de este joven autor por el gran maestro norteamericano y su mundo algo siniestro”. (Continúa en…)
El Jardín de las Weismann.
Germán Santamaría
“Un ambiente interior, un tiempo detenido y un turbulento río de pasión humana, aflora en cada una de estas páginas. Con una abundante pero mesurada dosis poética, la obra de Pardo no es ya el augurio sino la confirmación de un talento novelístico”. (Continúa en…)
El Jardín de las Weismann la última obra de Jorge Eliécer Pardo.
Eduardo Santa
“Ciertamente la violencia en la novela de Pardo no es simple inventario de muertos o prolija descripción de torturas sino ambiente, atmósfera en los que se respira un viento de terror, sin necesidad de recurrir a truculencias”. (Continúa en…)
El Jardín de las Weismann.
Gustavo Álvarez Gardeazábal
“Para ser la primera novela de un antiguo cuentista, la obra es de excelsas calidades. Para la literatura colombiana, ansiosa de nuevos valores y de amables empeños germinantes, un bastón de especialísima importancia. Para los lectores de novelas, una obra recomendable”. (Continúa en…)

Literatura de reflexión.
Carlos Orlando Pardo
“Siempre ha dicho que le cuesta llenar una página, pero mucho más que la historia logre su versión final. Es el camino del proceso creador de un novelista que ha sido traducido al francés, inglés, italiano y portugués y que ha alcanzado el renombre necesario como para ser estudiado en centros universitarios del exterior. Su obra ha sido reconocida por la crítica nacional y extranjera en comentarios favorables de los colombianos Germán Vargas Cantillo, Eduardo Pachón Padilla, Luz Mery Giraldo, Gustavo Alvarez Gardeazábal, Isaías Peña Gutiérrez, Iván Bedoya, Alvaro Pineda Botero, Germán Santamaría, Alonso Aristizábal y José Luis Díaz Granados, entre otros, y por los extranjeros Raymond Williams, Seymour Menton, Olver Gilberto de León, María Victoria Rayzábal, Fidel Vilanova y Carmen Martín”. (Continúa en…)
Carlos Orlando y Jorge Eliécer Pardo
El jardín de las Weismann: Jorge Eliécer Pardo y la otra violencia.
Jacques Gilard
“Algunas trampas ofrece el primer capítulo de El Jardín de las Weismann y, una de ellas, es su longitud —comparado con los demás— en donde se abren pistas contradictorias y engañosas” (Continúa en…)

Conversación trasgresora con Jorge Eliécer Pardo
Por Jacqueline Pachón - Margarita Prada
Usted nació en una población que padeció el azote de la violencia partidista de mitad de siglo, de esos primeros años quedan a veces recuerdos vagos, imágenes evanescentes ... ¿cuáles son las más antiguas en su memoria? ¿Es alguno de esos recuerdos recurrente en su obra?


¿Cuál es la importancia de El jardín de las Weismann? En este video puede enterarse.


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