INVITADO: Carlos Orlando Pardo: Escritor, Alberto Duque López, su muerte

Alberto Duque López
Por Carlos Orlando Pardo

Alberto Duque López firmando su novela en la Feria Internacional del Libro, 2008, stand Pijao Editores

Con la muerte de Alberto Duque López no sólo se marcha el mejor crítico de cine en Colombia y uno de los hombres más cultos e informados de todo el país, sino un excelente novelista que inició, con su primera obra de ficción, una vigorosa etapa de la postmodernidad en nuestra narrativa. Ese antiguo estudiante de derecho que nació en Barranquilla y acaba de partir a sus 67 años, fue igualmente un animador cultural desde sus programas de radio a partir de los años sesenta y que nunca se apagaron a lo largo de décadas. La música y la literatura en los cuales era experto apasionado, lo dejaban invertir la noche con su voz modulada y agradable donde siempre era fácil aprender y divertirse. Sin embargo, entre las grandes pasiones de su vida estuvo el periodismo que ejerció en los más importantes medios nacionales e internacionales durante más de medio siglo. Se inició en Barranquilla bajo la tutela de Álvaro Cepeda Samudio y podrían resultar varios tomos de sus reveladoras crónicas, entrevistas y acertados comentarios. Las notas de cine y hasta programas de televisión que duraron un lustro, tal como Hablemos de que hiciera con Germán Santamaría y Carlos Orlando Pardo por Señal Colombia, son testimonio fehaciente de su talento y profesionalismo. El también reconocido profesor universitario fue realizador de cortometrajes que ganaron el famoso trofeo India Catalina en el Festival de Cartagena, los que igualmente fueron premiados por Colcultura y en Moscú. Ganó en 1968 el primer galardón en el otrora famoso premio de novela Esso con su obra Mateo el Flautista, coincidiendo varios críticos en afirmar que la novela postmoderna existe en Colombia a partir de 1968, fecha en la cual Alberto Duque López publica su homenaje a Rayuela y Morelli. El libro fue reeditado cuarenta años después e incluido en la representativa colección 50 novelas colombianas y una pintada de Pijao Editores y Caza de Libros. Treinta y un años luego del Premio Esso fue declarado triunfador, en 1999, de la Bienal de Novela José Eustacio Rivera con Muriel mi amor, cuya segunda edición apareció en 1995 por Intermedio Editores. Para 1977 Colcultura publicó en una selecta serie Mi revólver es más largo que el tuyo, y en 1984 sorprendió con El pez en el espejo, novela publicada por Planeta. Luego de cuatro años apareció Alejandra, novela de la misma editorial, adquiriendo otro premio internacional en el 2008 con Ni siquiera la lluvia, obra en homenaje a uno de sus autores preferidos, Ernest Hemingway. Como un escritor disciplinado pueden contarse varios libros de ficción que permanecen por desgracia inéditos y a la espera de un editor. Para el año 2004 la editorial Panamericana difundió su ensayo Marlon Brando: escándalo y mito. Con su muerte empieza seriamente a diezmarse la generación que sucedió a la de Gabriel García Márquez, donde estaban entre otros Ignacio Ramírez, Arturo Alape, Germán Pinzón, Germán Espinosa, Roberto y Hugo Ruiz, Eutiquio Leal, Humberto Tafur, Jairo Mercado, Darío Ortiz Vidales, Miguel de Francisco, Marvel Moreno, Eduardo López Jaramillo, Eligio García y Moreno Durán, aunque más joven.

Alberto Duque López ha culminado su trayectoria literaria con seis novelas publicadas. Quien siempre saludó y se despidió con su famoso Quihubo tigre o adiós tigre, terminó sus días antes de ingresar a la inconciencia con auténtica lucidez, lamentando las muertes de Saramago y Monsivais, rodeado del afecto de sus hijos y sus amigos incontables y dejando un profundo vacío con su partida inesperada. El país cultural y el medio periodístico reconstruyen los fragmentos de su biografía que con él compartieron y saben que el tigre cazado sólo por la muerte, continúa vivo y vigente a través de sus libros y de su paso no infructuoso por la vida.