23 de agosto de 2012

INVITADO: Carlos Bastidas Padilla: Verdes sueños de Cecilia Caicedo Jurado


Verdes sueños
de Cecilia Caicedo Jurado[1]
Por: Carlos Bastidas Padilla[2]

Carlos Bastidas Padilla
Cecilia Caicedo Jurado
Se trata de una novela que hace gala de un correcto manejo del lenguaje y de una técnica narrativa que pone en juego las habilidades discursivas de un narrador polifónico que, en el entrecruce de las voces, teje una historia coherente de principio a fin, sin que por ningún lado se dejen ver las costuras del entramado poético del texto.


Se trata de una novela cuya trama se desarrolla en una ciudad enfilada hacia la modernidad por los avatares de nuestra gesta independentista, y cuyos habitantes aquí toman partido; por un lado, por la defensa de sus costumbres, tradiciones y maneras de verse como comunidad y, por otro, por las ideas y formas republicanas que preconiza el Libertador Simón Bolívar, quien debe pasar obligatoriamente por Pasto para completar, con las batallas de Pichincha, Junín y Ayacucho, su sueño que ahora nosotros denominamos “bolivariano”.
Simón Bolívar

A mí me gusta la novela porque no es pretenciosa y porque siendo una novela histórica no se deja apabullar por la información histórica que la autora acopió para escribirla; en ninguna parte del texto aparecen parrafadas para pretender hacer creer al lector que es erudita y que lo que allí dice es la verdad. Lejos de la postura frágil de esos textos comprometidos que dentro del género novelístico pretende sentar tesis. No se ve en la novela de Cecilia Caicedo sino la pasión y las ansias por narrar de otra manera —como magnífica contadora de historias que es— los sucesos de la llamada “Navidad trágica de 1822”, en que el mariscal Sucre asoló la ciudad de Pasto por órdenes del Libertador. Tal vez antes los arengó, como dice el texto, diciéndoles: … por qué no entienden por Dios, ¡pendejos¡ que Fernando ya no es Rey…, yo habría puesto esas mismas palabras en boca de Sucre.
Destaco los caracteres de esas dos mujeres fuertes, aseñoradas, hermosas y valientes, de su novela: Hercilia y Dolores, personajes centrales; no tanto Agualongo, cuya esquiva figura es tan difícil de configurar, y no sólo en la novela, en donde trata de darle cuerpo imaginando su relación con la familia Mala Hora. En la historia real, la vida de Agualongo no daría sino para un par de apretadas páginas que se irían en lo que de él se dice que hizo; pero el libro le saca buen provecho imaginando —con gran maestría y buen sentido narrativo— sus peripecias al lado de Hercilia y Doloritas Mala Hora.
Agualongo
Por otra parte, me gusta Verdes sueños porque su postura no es maniquea; el espacio del relato no es un mundo dividido entre buenos y malos; porque la novelista entiende que no se trata de eso, sino de formas de ver el mundo y del choque traumático entre dos posturas opuestas por las circunstancias de la historia. A ultranza, tozudos defensores del Rey no son la gente de Pasto; realista es Sor Hercilia; no obstante ser admiradora de Bolívar, ayuda y aconseja a Agualongo contra las tropas republicanas que han devastado su ciudad y hollado su convento; pero cuando Benito Boves usurpa la autoridad en nombre del Rey y oprime a la ciudad con imposiciones para mantener la guerra contra los patriotas, ella cambia de postura, lo desaprueba y se duele de que Agualongo ande con él. La autora es muy diestra e inteligente como para no presentar su discurso poético como una tesis; simplemente narra, cuenta, ve, oye, huele, siente y sale de su compromiso estético airosamente, dejándonos la grata sensación de haber asistido a una bella representación teatral, donde ella actuó como maestra de ceremonias. Salimos de su teatro y nos quedamos soñando con Hercilia y con Dolores, y con Cecilia Caicedo, a la espera de nuevas obras de su rico y fino estro poético.

Carlos Bastidas Padilla
Agosto 2012

Nota crítica de la novela Verdes Sueños, escrita por Jorge Eliécer Pardo.




[1] Cecilia Caicedo Jurado, nació en el municipio de Guachucal en el año de 1945. Realizó sus estudios de primaria y bachillerato en la ciudad de Pasto. Egreso de la Universidad de Nariño, como licenciada en Filosofía y Letras; posteriormente se especializó en Literatura Latinoamericana en el Instituto Caro y Cuervo de Bogotá y en Literatura Española en el Instituto de Cultura Hispánica de Madrid, España. En este mismo país realizó un Doctorado en Filosofía y Letras, en la Universidad Complutense de Madrid. Autora de las obras: El Yurupary: orígenes de la literatura colombiana (1990); La novela en el Departamento de Nariño (1990); Patrimonio Bibliográfico de Risaralda (2005),  La ñata en su baúl (novela 1990), traducida al alemán y al húngaro; en 1992 se la seleccionó como texto representante del nuevo relato colombiano en Hungría; recientemente publicó la novela Verdes Sueños (2011), también ha publicado en suplementos literarios y en revistas, diferentes ensayos sobre  autores nariñenses.

[2] Docente colombiano. Es profesor en la Universidad del Cauca. En 1975 obtuvo el Premio Casa de las Américas con el libro de cuentos Las raíces de la ira. Entre otros libros, ha publicado El intrépido Simón, novela histórica juvenil sobre Simón Bolívar; La canción del haragán, novela juvenil; Érase una vez el libro. La historia del libro contada a los niños como un cuento; La casa de Tántalo, mitología griega, y Permítame que la muerda, señorita, cuentos humorísticos.
Gog dijo...

Bolívar, el payaso; movimiento bolivariano, la payasada.

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