23 de noviembre de 2010

CRONIQUILLAS: Premio nacional de novela corta. Confesiones de un jurado.

Confesiones de un jurado

Isaías Peña, director del Departamento de Humanidades de la Universidad Central, generosamente me designó, junto con los escritores Ricardo Silva y Augusto Pinilla, como jurado del Concurso Nacional de Novela Corta que la Institución promulgó en sus Premios de Literatura. Creí que por las condiciones del certamen sería poca la participación. Llegaron a mi apartamento tres cajas de regular tamaño con los sesenta y siete libros debidamente empastados y argollados. Teníamos más de dos meses para leer todos esos mundos fabulados en más de seis mil páginas.

Augusto Pinilla, Ricardo Silva y Jorge E Pardo


Sentí respeto por cada uno de los escritores que gastaron parte de la vida en el sueño de hacer un libro y verlo publicado y, por qué no, galardonado. Dediqué las mañanas y los comienzos de las noches al viaje y la aventura. Como he tenido experiencia en este tipo de encargos me di cuenta la diferencia entre los concursantes de hace unos años y estos. El noventa por ciento de los libros estaban impecables en su redacción, ortografía. La mitad lograban construir un mundo novelesco.




Las sesenta y siete novelas presentadas al premio



¿Qué temas y personajes abordaban las novelas? Más de veinte insistían en el fenómeno del paramilitarismo y las guerrillas; doce tenían como protagonistas a escritores, poetas o narradores y sus conflictos existenciales; cerca de once manejaban temas históricos y políticos; el mundo de los jóvenes con sus jergas y nuevos lenguajes, cinco; a siete les interesaba el erotismo, tres intensas historias gays; más de cuatro tenían estructura de novela negra; dos marcadamente de ciencia ficción y el mismo número afrontaban el mundo desde el esoterismo.
Se evocaban personajes históricos y literarios: Whitman, Borges, Onetti, Cortázar, J. Manuel Roca, Fernando Vallejo, Fuenmayor, J. Asunción Silva, Gardel, J. Joplin, Manuelita Sáenz, Bolívar, Jorge Eliécer Gaitán. Lugares como Bogotá, Pereira, Cali, Barranquilla, Los Llanos Orientales, El Líbano, México, Madrid, Teusaquillo, Chapinero, los espacios.
Personalmente logré llegar a final sin contratiempos con el que resultaría ganador: La soledad del dromedario. Un personaje que rompía todos los temas y abordamientos que he comentado. La historia de un jorobado solitario y triste que sale en las noches a su penumbroso trabajo. Un personaje construido desde la soledad que me hizo rememorar a Kafka de inmediato. Erotismo solitario, a veces grotesco. Surreal pero intensamente verosímil.
Los tres jurados estuvimos de acuerdo. Augusto, generoso y dispuesto a las vocaciones estéticas, destacó las bondades de la mayoría de los libros. Todos tenían para él valores por rescatar. Dos largas reuniones hablando de los libros, sus argumentos, lenguajes, estructuras. Ricardo, juicioso y de excelente memoria traía sus notas en unas hojitas amarillas mientras Pinilla sacaba su agenda vieja y leía sus apreciaciones en letras de colores, con tipografía grande de estudiante de bachillerato. Yo me armé con mi cuadro en Excel. Felices por los libros que leímos y más por la determinación que tomamos, suscribimos el acta.

Acta de Premiación del Concurso Nacional de Novela Corta, Premios de Literatura Universidad Central
En la ciudad de Bogotá, el día martes 16 de noviembre de 2010, se reunieron los jurados del Concurso Nacional de Novela Corta, de los Premios de Literatura Universidad Central, Jorge Eliécer Pardo, Augusto Pinilla y Ricardo Silva, para discutir las 67 novelas presentadas en esta edición de la convocatoria. Después del debate, que se llevó a cabo en la sede de la Universidad Central, se llegó a las siguientes conclusiones:


  1. 1. Se aprecia un auténtico interés y conocimiento de los problemas de la realidad colombiana y un buen nivel de escritura en casi todos los trabajos entregados.
  2. 2. Se reconoce como finalistas las siguientes novelas: La soledad del dromedario (número 28) firmada por Roberto Balbastro; Literafobia (número 47) firmada por Ciro Kurimanzutto; y El lector de policiales (número 67) firmada por Vic Morton.
  3. 3. Se otorga el Premio Nacional de Novela Corta, Premios de Literatura Universidad Central, a La soledad del dromedario (número 28) firmada por Roberto Balbastro, por la extraordinaria construcción de su personaje principal, la atmósfera de soledad y extrañamiento que logra comunicar y la inusual temática que maneja.
  4. 4. Se abrieron los sobres, en presencia de los funcionarios organizadores de la Universidad Central, y se identificó a los autores de las novelas finalistas de la siguiente manera: La soledad del dromedario, Daniel Andrés Villabón Borja; Literafobia, Jairo Andrade; y El lector de policiales, Martín Andrés Doria Cerreda.

  1. Bogotá, el martes 16 de noviembre de 2010,
  • Ricardo Silva, Augusto Pinilla y Jorge Eliécer Pardo

La noche de premiación

Isaías me recibió a la entrada del teatro Bogotá, contiguo al Faenza, remodelado con gran gusto y me presentó a Daniel, el ganador. Daniel me miró con extrañeza y yo intenté abrazarlo en la felicitación. Tiene veintitrés años y da talleres de literatura en la Biblioteca del Tintal. Me habían dicho que era de Ibagué y mi hermano Carlos Orlando, que conoce a los viejos y los nuevos escritores del Tolima, no tenía ni idea de quién se trataba. Le pregunté si era de Ibagué, me dijo que sí. Si conocía a los Pardo. Me dijo que no, que no tenía idea y que no me preocupara que él también era un desconocido.

Daniel Andrés Villabón Borja ganador del premio y JE Pardo


Ya en el escenario, cuando le entregué el diploma, sentí su cuerpo frágil contra mi y me llenó de ternura. Nos hicieron muchas fotos. Ya sentados le indagué si le habían dado el billete. Me dijo que no, que estaba esperando y se sonrió.
El micrófono volvió a mis manos y expliqué al público por qué era el ganador. Aproveché para preguntarle de dónde salió La soledad del dromedario (en la antesala me confesó que fue un cuento que se alargó y que era su primera novela). Sólo sabía que era un personaje triste, muy triste, dijo ante el auditorio. Todos lo aplaudieron. En el frío de la calle del Centro de Bogotá, ya en el taxi, me di cuenta de que la literatura se salvaría siempre y cuando habite en seres como el que acababa de abrazar —otra vez— en la despedida.




Bogotá, noviembre 23 del 2010
Daniel Andrés Villabón, Jorge Eliécer Pardo, Rebeca Marulanda, Luisa Fernanda Trujillo, Orlando Pérez e Isaías Peña Gutiérrez.
JAIME RUIZ dijo...

Chevere por mi paisano hasta noviembre desconocido.
gracias por compartir el blog y por avisarme la llegada y mojada del maestro Gilberto Ceròn a mi casa.
Jaime Ruiz

jose maria samper dijo...

Super interesante, y emocionante saber que aún hay muchas personas con deseos de escribir.
Maestro este relato, es un buen cuento. Abrazos.
Tiberio Murcia Godoy
Honda Tolima

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